Es una de las firmas que mejor logran definir la moda como obra de arte.
Alexander McQueen, en este caso impecablemente dirigido por Sarah Burton, ha demostrado que cada una de sus creaciones son exquisitas muestras de lujo y maestría.
En su
backstage no hay lugar para la improvisación, porque la perfección solo se logra mimando cada detalle. Es el caso de su colección otoño-invierno 2012-2013.
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